Decálogos pediátricos

10-mandamientos

No sé muy bien de donde viene la costumbre o manía de hacer decálogos, de resumir cosas importantes en 10 puntos. Diréis que viene de los diez mandamientos del cristianismo, pero seguro que dios utilizó el 10 en vez del 9 o del 13 por algún motivo que se nos escapa y que debe ser ancestral, quizás ligado a nuestra capacidad cognitiva prehistórica, y si además tenemos en cuenta que la Real Academia de la Lengua define decálogo como ‘conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad’ amplía mucho el abanico de posibilidades.

El caso es que hay decálogos para todo, basta poner en google la palabra para que aparezcan miles de resultados, toda organización que se precie, todo concepto transcendental tiene su normativa. No iban a ser menos la fiebre, las toses o incluso una alimentación correcta. No son novedad y están publicados hace ya meses, los enlazo allá donde puedo y hoy me di cuenta de que no están en este mi blog, así que con esta introducción procedo a colgaros los tres decálogos que considero imprescindibles y sus enlaces para que los descarguéis en bonito.

Decálogo de la fiebre (pdf)

Decálogo de la tos (pdf)

Decálogo de la alimentación (pdf)

Publicados por Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria. La revista Famiped y la web Familia y Salud

Acerca de la fiebre de vuestros hijos
1. La fiebre no es una enfermedad, es un mecanismo de defensa del organismo contra las infecciones, tanto las causadas por virus como por bacterias.
2. La fiebre por sí misma no causa daño cerebral, ni ceguera, ni sordera, ni muerte.
3. Algunos niños predispuestos (4%) pueden tener convulsiones por fiebre pero el tratamiento de la fiebre no evita estas convulsiones. Nunca se deberían dar medicamentos para bajar la fiebre con
este propósito.
4. Hay que tratar los niños febriles sólo cuando la fiebre se acompaña de malestar general o dolor. El ibuprofeno y el paracetamol tienen la misma eficacia para tratar el dolor y su dosificación debe realizarse en función del peso del niño y no de la edad. La combinación o alternancia de ibuprofeno y paracetamol no es aconsejable.
5. El uso de paños húmedos, friegas de alcohol, desnudar a los niños, duchas, baños… para el tratamiento de la fiebre está desaconsejado.
6. No abrigar ni desnudar demasiado al niño con fiebre.
7. El niño con fiebre debe estar bien hidratado. Hay que ofrecer frecuentemente líquidos y procurar que éstos tengan hidratos de carbono (zumos de frutas, batidos, papillas, etc.).
8. No es aconsejable el uso de paracetamol o ibuprofeno tras la vacunación para prevenir las reacciones febriles o locales.
9. Ni la cantidad de fiebre ni el descenso de ésta tras administrar ibuprofeno o paracetamol sirven para orientar sobre la gravedad de la infección.
10. Debe vigilar signos de empeoramiento clínico y consultar con carácter urgente si su hijo presenta:

  • Manchitas en la piel, de color rojo oscuro o morado, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.
  • Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo y difícil de calmar.
  • Rigidez de cuello.
  • Convulsión o pérdida de conocimiento.
  • Dificultad para respirar (marca las costillas y hunde el esternón, se oyen como silbidos cuando respira, respiración muy rápida, agitada, etc.).
  • Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación (lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos, etc.).
  • Si no orina o la orina es escasa.
  • Siempre requiere consulta urgente la fiebre en un niño menor de 3 meses.

Decálogo de la tos:

  1. La tos es un mecanismo de defensa del aparato respiratorio. Esta destinada a eliminar secreciones y cuerpos extraños para mantener la vía aérea limpia y abierta.
  2. La causa más frecuente de tos aguda son las infecciones de las vías respiratorias superiores (catarros). Los catarros son producidos por centenares de virus diferentes. Se resuelven sin medicación en una o dos semanas.
  3. La tos aguda no debe tratarse con calmantes de la tos, mucolíticos, expectorantes, antihistamínicos o descongestivos nasales, especialmente en menores de seis años. En niños no está demostrado que estos medicamentos sean eficaces para el tratamiento de la tos y los riesgos superan a los posibles beneficios. Si se usan, siempre deben estar bajo control médico.
  4. Si se quitara la tos habría más retención de mocos, menos oxigenación y más obstrucción de la vía aérea. También habría más riesgo de otitis y neumonía.
  5. Los antibióticos no son eficaces en el tratamiento de los catarros y están contraindicados.
  6. Es muy importante que el niño con catarro esté bien hidratado. Hay que darle líquidos con frecuencia.
  7. Se recomienda hacer lavados nasales y humidificar el ambiente.
  8. Hay que evitar la exposición al humo del tabaco. No se debe fumar en casa.
  9. Medidas sencillas como el lavado de manos disminuyen el riesgo de contagio.
  10. Conviene vigilar y consultar con el pediatra si aparece:
    • Dificultad para respirar (se marcan las costillas y se hunde el esternón, se oyen pitos cuando respira, respiración muy rápida, agitada, etc.).
    • Fiebre que dura más de tres días.
    • Dolor de oídos o supuración.
    • Tos y mocos durante más de 10-15 días.

Decálogo de la alimentación

Antes de empezar, las manos te has de lavar y al acabar, también los dientes limpiar.

1. Una alimentación completa y equilibrada mantiene la salud y previene enfermedades. Se consigue con una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos. Si los niños empiezan desde el principio a comer de todo, se acostumbran para siempre.

2. La dieta mediterránea es muy sana. Consiste en comer muchos vegetales (frutas, verduras, hortalizas, legumbres), cereales (pan, pasta, arroz) y más aves y pescado que carne roja. Cocinar con aceite de oliva y poca sal, mejor yodada.

3. Es bueno repartir lo que se come en 5 comidasDesayuno, comida y una cena ligera. Además a media mañana y merienda, es mejor una fruta fresca o un bocadillo que un zumo envasado o bollería industrial. No hace falta “picar” nada más.

4. Los niños aprenden a comer imitando a los mayores. Mejor comer despacio, masticando bien, sentados en la mesa, disfrutandoen familiaSin tele, porque el niño mal comedor se distrae y no come; y el que come mucho, lo hace sin darse cuenta de la cantidad que toma.

5. Siempre un buen desayuno antes de ir a clase: lácteocereales (pan) y fruta (una pieza entera o zumo natural o ¡tomate!). Mejora el rendimiento físico e intelectual y evita la obesidad.

6. Todos los días frutas, verduras y hortalizas. Se recomiendan 5 raciones al día. Dos o tres deben ser frutas enteras y a mordiscos. Es mejor postre que un lácteo. No más de un vaso de zumo natural, recién hecho, al día.

7. El agua es la única bebida necesaria y más sana que cualquier refresco, zumo o batido.

8. Evite la comida precocinada (con más grasas y sal) y los alimentos con grasas saturadas, trans o hidrogenadas y aceites de coco y palma (lea las etiquetas). Si toma dulces y aperitivos salados que sea con moderación. Cocine más veces a la plancha, en el horno, por cocción o al vapor y menos fritos, empanados y rebozados.

9. Deje que su hijo decida cuánto quiere comer. Tenga confianza: mejor ofrecer, no obligar. Los niños comen la cantidad que necesita su cuerpo, no la que nosotros queremos. La comida no es un castigo; ni tampoco debería ser un premio.

10. Conseguir una hora de ejercicio todos los días: correr en el patio, pasear, subir las escaleras, sacar al perro o ir andando o en bici al colegio. Además, 5 veces a la semana al menos, un poco más de deporte; más divertido en compañía.

Historias de consulta (los mocos)

consulta mocos

Madre.- Buenas tardes Doctor, mi bebé tiene mocos.

Dr.- Ya…

Madre.- No tiene fiebre. Le tenemos que limpiar constantemente.

Dr.- Bien, Tenga un kleenex……silencio……¿quería algo más?……..silencio…….

Hasta aquí una parodia de una consulta tipo en pediatría. Una consulta que todos los pediatras vivimos a diario y que a buen seguro no respondemos así, aunque ya nos gustaría. Lo hemos visto más de una vez en las series televisivas y hemos pensado que ya nos gustaría poder hacerlo. Más de uno, me consta, que lo ha hecho, yo lo hago con frecuencia, unas madres lo entienden, otras se enfadan.

La entrevista clínica en pediatría no se realiza con el enfermo, evidentemente, se entrevista a los padres, se les pregunta sobre lo que ellos piensan que le ocurre a su retoño. Proyectan sus miedos «no sea que se le vaya a bajar al pecho» otras veces repiten mitos adquiridos a través del tiempo «son muy verdes estos mocos» luego el germen debe ser muy feo cuando menos. En ocasiones el progenitor que consulta preferiría no hacerlo porque entiende que es una tontada «dirá usted que es una tontería» pues si, lo digo, o mejor lo pienso pero no lo digo, y usted también lo piensa, pero por no oír a su madre o a su pareja, traga y se encamina al centro de salud con el mocoso para no oírlos.

Cuando entran por la puerta esos padres amorosos con su bolita de niño, esos mofletes regordetes, esa carita que rebosa salud, 5 o 6 capas de abrigo que no le han quitado durante los 15 minutos en la sala de espera, que el niño tiene ya los ojos como un pescao cocido. Pero eso si, asomando tímidamente por un orificio de la nariz se atisba lo que parece que es algo líquido y transparente, un moco.

Llegados a este momento y ya desde la puerta todavía con un servidor saludando a los padres ya he visto con el llamado ojo clínico que el niño no presenta patología grave. Nos sentamos y la madre en este caso toma la palabra y dice aquello de que «mi niño tiene mocos». Entonces se confirman mis temores, efectivamente vienen para una tontada, pero uno tira de empatía, educación recibida en colegio de curas y trayectoria profesional y comienza la entrevista clínica. Con mi ojo clínico ya sabía que no tiene disnea, ni tiraje al respirar. El color de la cara, lo poco que asomaba debajo del verdugo y los abrigos con orejeras, me dejaba entrever que no presenta cianosis (labios azules), palidez o cualquier otra alteración de la circulación y oxigenación sanguínea. He podido observar con un primer «coup d’oeil» (vistazo) que no tiene taquipnea, respiración agitada o todo lo contrario. Además gracias a mi exquisito trato y dedicación abnegada he confirmado con las palabras de la madre que su preocupación se dirige exclusivamente a los mocos ¿por qué? porque no hay otra cosa, signo o síntoma que la haya llamado la atención. Ese es el dato más relevante, la percepción de la madre. Hay que estar muy atento a lo que le preocupa a una madre, porque de una u otra manera siempre tendrá razón y caso de no hacerlo nos arrepentiremos de no haber escuchado con atención.

Bien, ya tenemos todos los datos, tenemos el diagnostico confeccionado, ahora tendríamos que dar nuestro veredicto final y despedirnos cortésmente, pero no, hay un algo, una costumbre, un «savoir faire», un no se que, que nos impele a tener que hacer algo para justificar nuestra sabiduría y entonces decimos aquello de «… bien, vamos a la camilla de exploración…» ¿pa qué?¿qué necesidad hay? si ya sabemos lo que vamos a encontrar ¿por qué agredir al pequeño con un palote para ver las amígdalas?  ¿qué esperamos encontrar en esos oídos? ¿una mina de oro? ¿qué escuchamos con tanta atención en esos bronquios? Si ya nos lo dijo la madre, sólo tiene mocos.

Por favor escuchad a las madres, hablemos con los padres y no perdamos el tiempo en paripés inútiles. ¿Acojona verdad? es más fácil dar una receta con algún jarabe y solucionado el problema. ¿Cierto?

Otro médico (1)

Creo que mis papas estan discutiendo por mi culpa, he debido hacer algo mal y mi cerebro como en otras ocasiones es el responsable. Resulta que me sale por las narices una masa viscosa y no puede ser otra cosa que mi pobre cerebro, mamá me lo intenta reponer llenandome de un agua que tiene en botellitas especiales y me las mete por la nariz. No veas si protesto pero nada, dice que es por mi bien, ¿por qué no se las pondrá donde yo diga….?

Debido a mi perdida de masa encefálica me llevaron a mi amigo Jesús, el médico de mi hij@, creo que ya os he hablado de él. Algo pasó que mi madre se enfadó con él, papá dice que no es para tanto y se ríe. Cuando se enteró Jesús de como me llamaba, se puso muy contento y dijo: Manolo, ¡anda igual que mi perro! y me enseñó una foto, ¡que guapo y parece gracioso!, pero mamá ya no atendió a las explicaciones sobre mi problema, que si suero, que no dar medicinas, que se me cura en pocos días, vamos lo normal. Y decidió con papá, bueno papá no dijo nada, que había que ir a otro médico. ¿Y por qué vamos a ir a otro médico, si no le conocemos de nada y Jesús es mi amigo y además tiene un perro que se llama como yo? No lo entiendo……

Hemos ido a ver a otro, este se llama Privado, creo, así le llamaban por lo menos. Papá no esta contento pero cualquiera le dice algo a mamá, es más buena y además siempre tiene razón. Me ha mirado y remirado y nos dado tres medicinas distintas que estan en este momento sobre la mesa, y papá y mamá a cada lado estan decidiendo que hacer si lo que dijo Jesús o lo que dijo Privado. Creo que les he metido en un lío. Así que han hablado con un tal Salomón y han decidido que hay que ir a otro. Pero da igual, por lo menos a mi me siguen reponiendo las perdidas del cerebro con el suero mágico.

Más excesos pediátricos

Decía ayer «Hemos pretendido tener una opinión pediátrica y sabia sobre cosas habituales y cotidianas quitando el poder que tenía a la abuela, a  la madre y pasándoselo al PEDIATRA. Comidas, síntomas menores, baño, higiene, posturas, etc…»

¿Cuales son esos excesos?

El primero es estar ahí, en masa, un pediatra en cada esquina, públicos, privados y medio pensionistas, somos el país del mundo con más pediatras por habitante. Y ¿para qué? Para ejercer un control, en algunos casos casi policial, sobre las actitudes y aptitudes de los padres, se ha inutilizado a la población para que no decida por si misma. Se dan instucciones sobre cosas peregrinas en aras de una mejora sanitaria.

Es verdad que ha mejorado y mucho la calidad de vida de nuestros bebes y de nuestra infancia en general. Aumento de talla de la población, disminución de enfermedades y mortalidad infantil etc., etc…. Otras veces se deja mucho que desear: Obesidad infantil galopante, futuros diabéticos e hipertensos, problemas sociales, problemas adaptativos y de fracaso escolar etc…

Pero las consultas se masifican con otros excesos:

Mocos, los mocos de los niños son un sistema defensivo para evitar que las bacterias puedan acceder a sitios más peligrosos como senos nasales, oidos o meninges. pero nos obsesionamos con llevar al niño guapo y sin mocos.

Vitaminas, el niño debe tomar vitaminas el primer año ¿para qué? ¿Es que no es suficiente con la teta, es que no van suplementadas las leches de bote, no llevan vitaminas las frutas y verduras?

La postura, Qué si boca abajo que si boca arriba, que si se ahoga, que si la muerte súbita. Lo que sabemos es que el hay menos muertes imprevistas, tanto súbitas, como por ahogo, si el niño duerme boca arriba los primeros meses  y vive boca abajo o en brazos. Pasar de esto a todo el día boca arriba o en la maxicosi, origina que ya no se siente ningún niño a los 6 meses, la plagiocefalia que hablabamos hace poco, falta de estímulos, etc.

La colita, deporte nacional, hay que bajar el prepucio a diario hasta que sangre o yo que sé. Si tiene un anillo fibroso o esta totalmente cerrado no bajará nunca, hay que operar, pero si no es así, el forzarlo a menudo provoca pequeñas heriditas que se van fibrosando y que van creando un problema que antes no tenía. Si lo dejamos en paz cuando llegue el desarrollo y aparezcan las hormonas el prepucio se hará blando y elástico permitiendo las relaciones sexuales normales sin problemas.

Y no hemos tocado todavía la alimentación, masticar, trocitos. Os dejo una lectura extensa sobre como se ve la alimentación desde la escuela por una maestra, psicologa, madre y gran cocinera, de su blog .….más de la escuela

Esto da para escribir un libro, ya seguiremos. Creo que realmente sí hay críticas a la pediatría actual, algo habrá que mejorar