Analizando un pedo

Máscara antigases venenosos

Máscara antigases venenosos

Cuentan las crónicas parlamentarias que durante las Cortes Constituyentes el Senador por designación real y premio Nobel de literatura D. Camilo José Cela comunicó su estado de animadversión hacia otro senador echando un sonoro pedo a su paso. Nada hablan las crónicas de si fue con o sin olor o si la calidad y textura del sonido fue suficiente como para despertar carcajadas o invitar al análisis y posterior tesis doctoral, que seguro que la hubo.

En este modesto artículo no repararé en tan ilustres personajes sino tan solo en la historia de un crío y una charla de amigos que fuera de horas de trabajo se reúnen para seguir hablando de pediatría.

Comenta uno de los contertulios que le ha llegado hoy a la consulta una señora con su hijo, vienen remitidos por la escuela ya que la profesora no halla solución al problema del menor. Lo han intentado todo pero tras muchos días igual, el zagal se sigue tirando mil pedos en clase con el lógico alborozo y regocijo de los compañeros y la consiguiente alteración del orden público. El caso es que a diario termina arrestado en el despacho del director, que tampoco aguanta el hedor que el muchacho deja en tan digno lugar.

Tras las risas, carcajadas y chascarrillos propios de la reunión, que pudieron durar varios minutos, se oye la voz de la primera de la clase.

¿Y si es intolerante a la lactosa?…

Se hace un silencio largo y profundo en el que los allí presentes empezamos a consumir materia gris y analizar todo lo que en nuestro disco duro cerebral podría haber al respecto.

¿Que va? jajajaja más risas se vuelven a oir.

Pues vaya maestra, jajajaja.

¿Y por qué no hacer unos análisis para descartar una celiaquía o alguna otra causa de malabsorción?

Silencio

¿Y si es una mala alimentación con abuso de azucares?

…………

Esto puede ser una reunión de médicos normal, pero no os vayáis a pensar que somos raros, ¿habéis estado en una reunión de moteros, o de cazadores?¿ y de vendedores?

Lo que pretendo basándome en esta anécdota es analizar a los actores de este escatológico desatino.

La maestra y el director, la escuela: La escuela exige unos cánones y unos reglamentos donde a lo mejor no caben todos los críos, niños más lentos que los demás son relegados, niños más movidos, apartados y a lo mejor candidatos a medicación como vimos en mi anterior artículo, niños diferentes criticados y ridiculizados por el entorno, niños irreverentes condenados a los infiernos del castigo eterno como el del caso. ¿Qué opciones aporta la escuela? La expulsión y el castigo o asumiendo su propia incapacidad, derivar a otro estamento que analice el problema, lo más fácil desde siempre y desde que se abolió la hoguera y el delito de brujería es la enfermedad. Si no es capaz de cumplir con las normas seguro que es un enfermo, que lo vea el médico.

Los padres: Incapaces de dar respuesta a las demandas de la escuela y del propio menor se limitan a desechar su papel y actuar como meros transmisores de información, les han dicho que vayan y van, sin pararse a pensar en cual es su papel o si tienen algo que intervenir.

Los pediatras: Aquí llego a lo que realmente quería comentar, sé que me meto mucho con la escuela y con los padres, pero los colegas no nos quedamos a un lado y también tenemos lo nuestro, veamos los diferentes tipos de pediatras.

El primer tipo, o sea yo, nos limitamos a reírnos, criticar a la maestra por dejación de funciones, a los padres por el papelón y sobre todo al director de la que escuela que sin comerlo ni beberlo se come el grueso de la peste. Lo siento, pero sigo riéndome mientras escribo este artículo y me imagino al serio profesor regañando al zagal mientras este incontinente sigue ventoseando cual mofeta acorralada.

La pediatra que plantea dudas, probablemente no actuará de inmediato, pero siempre quedará con la sospecha de que podría haber algo más, una actitud académica y siempre espoleante para los compañeros, un lujo.

Los pediatras que se lanzan al juego e inician una vorágine de pruebas para detectar cualquier problema y colaborar a la buena evolución de la sociedad, correcta y ordenada, que no consiente la diferencia y si aparece será por algo, Helycobacter, celiaquía, intolerancias diversas, hongos o lupus que diría House. Prueba tras prueba hasta agotar todo el arsenal que nos permita como medicina defensiva evitar la reclamación en caso de error u omisión.

La pediatría moderna: Que devuelve el poder a los padres haciéndoles responsables, que lo son, de la alimentación de su hijo, informando que una alimentación inadecuada puede hacer obesos, pero también otros efectos colaterales, más o menos chuscos, como las ventosidades, pero que repercutirán para mal sobre el hijo.

Por último el pediatra que camina sobre algodones y que tira de receta sin plantear ninguna duda ni perder tiempo y escribe cualquier remedio, placebo homeopático o a veces incluso producto con efectos secundarios olvidando que lo importante no está en satisfacer a la profesora o al director para no discutir, ni siquiera a los padres para hacer caja, lo importante es el niño pedorro.

¿Por qué coexisten los cinco tipos de pediatras?  ¿conoces alguno más? ¿a qué grupo pertenece el médico de tus hijos?

Artículo publicado el 13 de marzo de 2014 en el Huffington Post con el título de Análisis de un pedo del mismo autor, o sea yo.

Ya me he leído el libro de Rafa #manuscritoabuelo

rafa

No os preocupéis, no es que me meta a crítico literario a estas alturas, dios me libre, sencillamente es que hace un tiempo avisé en este blog que el amigo Rafa Pardo había escrito un libro: El manuscrito de mi abuelo

Como ocurre en estas ocasiones te compras el libro el día que sale a la venta y lo pones en lista de espera hasta que puedes dedicarle el rato que merece, teniendo en cuenta el poco tiempo de que disponemos iba a ser largo y tendido. Y como amigo que es, me niego a ser objetivo, por lo que la lectura debía ser especial.

Hace tres noches le tocó el turno a la novela de Rafa y comencé a leerla de tal forma que me enganchó la acción, releí algún capitulo porque a parte de la acción trepidante se podían entresacar muchas otras cosas que ahora contaré. Dos noches y acabado, eso si ojeras al día siguiente y mucho sueño, pero mereció la pena.

Me ha gustado, me ha gustado mucho, Rafa, esto se merece una segunda novela, ¡ya!

Pero a lo que iba, yo no soy muy leído, así que mi análisis va más que por lo literario, por lo personal. Cualquiera que haya interactuado en las redes sociales con él o le siga en twitter desde hace 4 años como yo, podrá sospechar a través de la historia, que hay varios personajes a los que se puede reconocer, con nombre ficticio, pero que podrían concordar con algunos de los habituales de mi «time line» tuitero. A veces tienes la sensación de estar leyendo una autobiografía, ¿quien es Ramón Camps y quien Rafa Pardo? Tramas sacadas de la vida virtual o real, dudará cualquiera que se haya tomado una cerveza con él.

Lo que queda claro en la novela es que Rafa, digo Ramón, es un tipo atractivo que no deja indiferente a nadie, con un imán notorio para las mujeres, que abundan en el manuscrito y en la secuencia de situaciones del nieto y donde ninguna plantea la más mínima queja. Mujeres que van marcando el entorno del protagonista, sea bisabuelo, abuelo, padre o hijo.

Para mi una gran novela, pero mucho más, ante todo la mejor carta de presentación o tarjeta de visita que he leído, el completo curriculum de un hombre con gancho, interesante, con poso, inteligente, innovador, atractivo, un «single» que está en el mercado.

No le dejéis escapar.

Tristeza

EL MÉDICO DE MI HIJ@

No siempre he sido lo que ahora vengo siendo, antes era una sombra de mi mismo, tan solo un reflejo en el suelo que se movía de un lado a otro sin despegarse de su presente. He aprendido en este tiempo que lo que diga y lo que haga se verá reflejado como por arte de magia en ese suelo áspero y terroso sobre el que pisamos.

Nunca una flor pudo significar tanto cuando se recibe de una mano inocente, nunca un apoyo significa nada si el que lo da no presenta tras de si todo su ser. Nunca una crítica pudo hacer más que si el que la dice esta al otro lado de mi espejo. Para bien, seguro, para futuro no sé.

Jamás en una entrega una rosa significó otra cosa que belleza y espinas, jamás el que la sostiene supone que se pinchará con su ofrenda, jamás el que…

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Alimentación complementaria a partir de los 6 meses

alimentación

Actualizada la recomendación que podéis encontrar, en este blog en la sección de documentos, sobre alimentación complementaria, de acuerdo a las últimas recomendaciones avaladas por las sociedades científicas.

EDAD ALIMENTO PREPARACION
Hasta los 6 meses Solo leche Preferiblemente teta
6 Meses Cereales Se añadirán poco a poco a ser posible mientras se mantiene la lactancia materna entre los 5 y los 7 meses. Cualquier tipo de cereal incluidos los que llevan gluten.
Frutas Se prepara con frutas maduras: Plátano, manzana, pera y naranjas, o cualquier otra que se consuma en casa. El bebé puede tomar cualquier fruta, incluidas melocotones, fresas, kiwis y las tropicales.
Puré de verdurasComida Puede usar: Patata, acelga, judía verde, zanahoria, cebolla, puerro, calabaza, calabacín, apio…..También se pueden introducir las legumbresNo abusar de espinacas, remolacha, coliflor, repollo, brócoli y derivados..

Añadirá en el puré carne roja de vaca o ternera, o pollo o pavo, cordero y cerdo la parte magra sin grasa visible.

No se echará sal. Pero si una cucharada de aceite de oliva al hervir o en crudo

Yogurt Natural cualquiera, a ser posible sin azúcar y no saborizado. Se puede añadir a la papilla de frutas, no es imprescindible tomarlo, sobre todo si está todavía con pecho
Pescado Cualquiera blanco o azul. Preferentemente congelado varias veces en semana, sustituyendo a las carnes.
Huevo Bien cocida, 2 ó 3 veces en semana. Se debe introducir poco a poco, primero la yema y luego la clara.
12 meses Leche de vaca Entera No desnatada ni semidesnatada. Tomará medio litro al día aproximadamente aunque no es una regla inviolable.

MUY IMPORTANTE

Nunca se introducirán leche de vaca antes de los 12 meses de edad.

Nada de sal en purés

Los trocitos se pueden ofrecer desde los 6 meses siempre teniendo en cuenta al niño, no todos son iguales.

Ir introduciendo en las comidas cosas nuevas poco a poco y apreciando que tal le sientan.

Enlace para descargar

https://app.box.com/s/glkr0o5jfhs9t10droow

Ya queda menos

yaquedamenos

Un día, hace unas semanas o quizás meses, apareció en mi red social un críptico mensaje “Ya queda menos” más allá de la normal curiosidad o extrañeza no reparé en él, ni en quien lo envió, aunque debió quedar impregnando alguna neurona perdida. Aquella frase quedó en el olvido, ni twitter, ni facebook, ni ninguna otra red volvió a replicar el mensaje, había desaparecido.

Hace unos días volvió a aparecer en mi muro el mismo mensaje “Ya queda menos” esta vez lo fijé dándole a favorito, vi que tan solo era un retuiteo de alguien anónimo, su perfil estaba vacío no tenía ningún seguidor y no seguía a nadie ¿Por qué me llegaba a mi, si no estaba entre mis “followins”? No me dio tiempo a investigar, rápidamente empezaron a llegar mensajes iguales de muchos de mis conocidos, como si de una cadena se tratara, en un pásalo anónimo empezaron a cubrir mi bandeja de entrada.

Miré en facebook y de la misma forma mis amigos daban eufóricos al me gusta y compartían la frasecita.

Como si en V de Vendetta se tratara, el mensaje aparecía en todas las redes, Instagram con el fondo de un precioso gato amarillo, Tumblr y Pinterest con miles de estilos diferentes, hasta Slideshare y Scribb publicaban presentaciones donde repetían una y otra vez el mismo mensaje “Ya queda menos”

Sentí en mi interior una señal de activación de células durmientes, algo me decía que era una clave para despertar, para levantarse de la agonía y lanzarse a algo, tendría que estar prevenido y listo para la acción. Debía ponerme ropa limpia y salir a la calle ¿Se había estado fraguando una revolución y yo estaba despistado?

Miré en Google por si tuviera un significado especial y lo que encontré no parecía tener relación. Entonces ¿Qué estaba por llegar?¿Qué significaba para tanta gente esa frase?¿Por qué tanta gente la repetía?

Podía, si hubiera estado en uno de mis días cenizos, pensar como el gafe; ya queda menos para morirme.

Podía pensar como el optimista; ya queda menos para salir de la crisis.

Podía haber pensado en pasado como otra marca que apuntar a mi lista de logros.

Podía, como el indignado que soy, pensar que estos malos tiempos de absolutismo estaban a punto de concluir.

Podía incluso esperar una fecha deseada, un anhelo pendiente, éxito o fracaso por llegar, cercano o en el horizonte, incluso algo que me obsesionaba y esperaba su consecución.

Podía pensar en un chiste de Jaimito, que después de comerse medio tarro de galletas le decía a su madre: Ya quedan menos.

Mil ideas fluyeron en ese momento por mi mente, rápidas inconexas y olvidadizas, quedé al fin en blanco y me senté con mi teléfono en la mano a mirar el horizonte.

 ¿Cual es para mi ese momento para el que ya queda menos?

¿Hacia dónde voy?

¿Hacia dónde vas tú, que lees este intrascendente artículo?

«Pero, si lo hago por tu bien»

Ponle el termómetro a él

«Si lo hago por tu bien», es una frase de madre y de padre a mi gusto utilizada como un arma de doble filo. La frase algunas veces va acompañada de un maltrato evidente; bofetada, pescozón o castigo, pero otras veces va unida a la mejor de las sonrisas intentando venderle al pobre crío algún trago amargo.

Esto viene a cuento de una frase que lancé en mi grupo el médico de mi hijo y que decía así:

«Al próximo que despierte a un crío a media noche para ponerle el termómetro, lo denuncio».

Es muy frecuente oír en consulta eso de: estaba dormido pero le noté caliente, le puse el termómetro y le di un antitérmico. Yo me quedo a cuadros, me imagino a mí mismo en ese estado, imaginen ustedes también, haber pasado todo el día malo, griposo, dolorido y con un malestar más que interesante, y que a las tres de la mañana cuando has conseguido conciliar el sueño, se acerque tu amorosa pareja y al besarte la frente se dé cuenta que estás febril; cariño, despierta y tómate esta pócima que te he preparado…

¡Bruja!, ¿qué quieres, que me muera?

Imagino que igual debe pensar el niño que llorando consigue abrir un ojo y muchas veces expresa su opinión vomitando el potingue administrado.

¿Por qué hacen esto las madres y algún padre? Reconozcamos que es más de madre ¿Cuáles fueron las respuestas y comentarios a semejante amenaza?

De las respuestas podremos deducir el porqué de tamaña tropelía. La pregunta fue en la red social Facebook en donde se puede poner «me gusta», pero no lo contrario, así que diré que ha obtenido hasta el momento 556 «me gusta» y una propuesta de crear un club de fans a mi nombre. En la parte contraria se reciben comentarios al estilo de la frase que encabeza este escrito, «lo hago por su bien».

Pero ¿realmente le hace bien? ¿despertar al niño enfermo le hace bien o es prioritario dormir y descansar? Cuando yo estoy acatarrado me tomo lo primero que pillo (paracetamol o ibuprofeno o aspirina, que soy adulto) y me meto en la cama. Ni a mí, ni a nadie en su sano juicio y antes de que la fiebre le haya disuelto el cerebro, se le ocurre poner el despertador para levantarse seis horas después a tomar otro calmante, ¿no, verdad? Pues eso, si no es lo mejor para nosotros ¿por qué se lo hacen a sus hijos?

La fiebre en los procesos gripales es un mecanismo de defensa que se encarga de freír virus y curarnos. Todos los antigripales y remedios caseros pretenden atenuar los síntomas que van añadidos, tos, congestión, malestar, etc. Por eso, el sueño debe ser visto como el mejor tratamiento que tiene la gripe o cualquier catarro. Si el niño tiene algún problema ya se despertará, si la tos o la sudada le crea problemas ya llorará y tocará ir a calmarle. El niño es bajito pero no tonto, así que entendamos que tiene sus mecanismo de defensa y sabe protestar: lo lleva haciendo desde su minuto uno de vida. Si se despierta habrá que desplegar todo nuestro cariño y nuestra sabiduría para conseguir que se relaje y vuelva a recuperar su sueño. No parece lógico invertir lo que parece normal y hacer algo antinatural.

Entonces ¿por qué se hace? ¿A quién beneficia esta actitud? En las respuestas a mi pregunta aparece bien claro en boca de las mamás y papás, «me quedo más tranquila».

Ah, luego es el miedo, la inseguridad, el egoísmo de quedarme más tranquilo yo, el que lleva a hacer algo inadecuado y luego venderlo al peque «por su bien». Quizás la palabra maltratoes demasiado fuerte, demasiado caricaturizada para expresar esto, pero va en esa línea. El miedo no aporta nada a la crianza con respeto y cariño, el miedo nos quita libertad -pensad que si el miedo nos atenaza estamos actuando sin contar con el niño-, el objetivo cambia y es en sí mismo eliminar el miedo. Nuestra acción será desordenada porque el fin no es el niño, ni la fiebre, ni el malestar, el fin es acabar con nuestro miedo y eso nos hace vulnerables.

Si la campaña mediática de todos los años por la fiebre A o B o la que sea, con la enumeración de muertos en el telediario y las recomendaciones absurdas, nos da miedo, perdemos nuestra libertad y perdemos nuestro objetivo de autocuidados y nos lanzamos a la compra de cualquier producto recomendado. Ese es el objetivo aparente, encauzar el miedo para que consumas un montón de productos cuando menos inútiles, si no perjudiciales.

Pero papá Estado «lo hace por nuestro bien».

No por el mío, que me siento maltratado y así lo denuncio.

Publicado por el mismo autor en el Huffington Post el día 23/1/2014 con el título de Fiebre: ¿Preocupación paternal o malos tratos?

Los padres sabios

Mucha Gente Hacía tiempo que no volvía a esta mi casa. Últimamente he estado de viaje por el mundo real y tengo abandonadas las redes sociales. He cambiado virtualismo por suelo firme, dejando prácticamente de lado Pediatic, Twitter, Instagram, Scoop.it, Pinterest, Tumblr y otras redes en las me prodigaba, he bajado a la tierra y a mi entorno familiar intentando
buscar, en este frío invierno, el calor cercano que las redes no pueden dar. Es verdad que me mantengo aferrado todavía a la gran red de Facebook, aunque no participo en mi muro con publicación alguna, si que dedico mi tiempo al grupo que comencé hace ya casi 3 años

 El médico de mi hij@ 

Cuando finaliza el año a todo el mundo le da por hacer resúmenes de lo acontecido durante esos 365 días que hemos dado en agrupar bajo el epígrafe de «2013» . Por ir en
contra de todos e intentar ser singular me dije que no haría resumen, pero la tentación es muy fuerte y yo muy vago, así que le pedí a los participantes del grupo que hicieran ellos el resumen y les lancé una sencilla encuesta que durante los días 30 y 31 de
diciembre tuvieron la amabilidad de contestar. Estas son las reflexiones a raíz de los resultados:

A día de hoy en el grupo hay 12,500 miembros con una alta participación, con un crecimiento medio de 200 nuevos cada semana, el hilo récord de este mes es uno con 1400 me gusta y 200 comentarios, aunque si lo dejáramos, alguna aportación sumaría muchas más aportaciones, a veces repetitivas.

Contestaron 169 participantes que está muy bien para ser días especiales y como era de esperar el 97% fueron mujeres y solo el 3% declararon ser varones, esto es una constante la masiva participación de madres en todo lo relativo a crianza y cuidados, pero si tenemos en cuenta el total un 3 por ciento son casi 375 hombres que es todo un logro.

Una cuarta parte de las contestaciones las hicieron integrantes que llevan más de un año con nosotros y el 11% con menos de tres meses de estancia, siendo el grupo más numeroso y participativo las que llevan entre 6 meses y un año.

A la pregunta ¿Desde dónde participas? Debo reconocer que la respuesta es muy significativa de lo que es este grupo «globalidad». Desde las cuatro esquinas de la península, de Hospitalet de Llobregat a Coria, de Ferrol a Cádiz pasando por las islas Baleares y Canarias y otros puntos del globo como Doha en Katar, Dubai, Seul, Zurich,
Dublin, Buenos Aires, las Vegas, Lima o Alcorcon. En total y extrapolando los visitantes de este blog 126 países del mundo. Impresionante para un tipo poco viajado como yo.

A la pregunta ¿Qué es lo que más te gusta del grupo?
Podría decir que la respuesta es unánime y me sonroja porque se valora y mucho la dedicación de los profesiones, su accesibilidad y sus respuestas rápidas y cercanas. Se destaca por una gran mayoría la posibilidad de aprendizaje que supone el grupo y la creación de inteligencia colectiva, no solo por parte de profesionales sino padres entrenados y expertos que aportan mensajes de salud claros y concisos. Claridad y fiabilidad en las respuestas contrastables basadas en artículos, guías o consensos pediátricos. Tranquilidad aportada, desmitificación y desmedicalización de la infancia, se
agradece repetidamente, al disminuir el alarmismo y las visitas innecesarias  a urgencias

Preguntados por ¿qué es lo que menos te gusta? destacan dos tipos de respuesta que vienen derivadas del propio tamaño del grupo, doce mil personas inscritas suponiendo que solo un 10% sea activa suponen más de mil personas aportando su opinión en ocasiones todos a la vez, cada uno con su criterio y su educación que a veces choca, polémicas estériles que no aportan nada y hacen mucho ruido y algunos que quieren imponer sus extremismos y posturas radicales sin dialogar. Esto genera como decía muchos comentarios criticando a los «que no saben estar» y otros de tristeza por los que nos abandonaron hartos de recibir desprecios inmerecidos e irrespetuosos. Especialmente dolorosa y recordada en las respuestas la perdida por abandono de Pepe Santana, muy añorado.

En cuanto a las anécdotas vividas se destacan siempre los momentos de humor, desdramatizar la enfermedad parece siempre ser un buen método de curación o por lo menos de alivio.

Moraleja:

Antes de escribir para preguntar o para dar una opinión particular, revisa si ya se ha dicho antes, seguro que tu caso es muy interesante, pero puede ya estar resuelto. Tendríamos que conseguir reducir los comentarios repetidos para que otros tuvieran su espacio. Es mejor leer y aprender que citar anécdotas que no aportan nada nuevo. Tenemos que conseguir que no se convierta en un chat de cotilleo, sino en lo que es, un espacio para aprender y formar padres sabios.

Niño, abrígate que hace frío

Mamá y bebe polar
Originalmente publicado en el Huffington Post el dos de diciembre del 2013 con el título de Hace frío, tengo tos 

Me siento ante el ordenador para intentar sobrehilar unas frases y que parezcan un artículo. Me acecha el síndrome de la hoja en blanco desde hace un tiempo y no tengo la fuerza de voluntad necesaria para encontrar un escondrijo en mi cerebro en este momento que me encuentro en terapia de desintoxicación de redes sociales.

Soy médico, trabajo como pediatra y debería limitarme a escribir sobre mocos y toses, algo de alimentación infantil y un-poco-no-demasiado de educación o crianza desde el punto de vista de lo saludable. Es fácil, es lo que me viene a la cabeza una y otra vez, podría llenar folios y folios, pero de eso ya he escrito.

En estos días de primeros fríos emerge como una obsesión el abrigarse bien y no digamos el abrigar a nuestros pobres herederos, que aparecen forrados con capas y capas de ropa que impiden toda actividad, crucificando su estampa.

A parte del necesario pañal, se le enfunda con un body de manga larga, o dos que uno a veces no cierra bien, leotardos bien abrigaditos y gruesos que las piernas son muy sensibles, calcetín de colores vistosos encima porque los leotardos suelen venir en aburridos blancos o grises, pantalón de pana gruesa o forro polar no sea que pudiera entrar una brizna de aire helador. Zapato ortopédico o bota de pocero alta para que no se constipen los pies. Camiseta de fibra térmica de manga larga que sea un poco amplia para que se meta debajo de los leotardos y el pantalón, bien remetidos que luego la tripa podría coger una gastroenteritis. Un jersey de cuello alto para que abrigue bien la garganta que los virus ya se sabe que entran por los pies y por el cuello. El polar encima para hacer un todo de abrigo y para finalizar y no sobrecargar si el nene es pequeño un mono nórdico y si es mayorcito un plumas, con capucha ambos. No olvidar y esto es muy importante antes de cerrar, el poner el verdugo para abrigar bien las orejas lo primero, luego subir la capucha del polar y después la capucha del plumas, cerrar bien y ya tenemos un mojón de niño que no puede moverse.

Gracias a todo este aditamento el niño inmovilizado no gasta energías por lo que la comida irá directamente a engrosar la grasa circundante, que unido a su estática actitud serán factores determinantes de obesidad y riesgo cardiovascular futuro.

El niño, o lo que queda de él, comenzará a sudar por todo su aquel, comenzando por sus partes íntimas y preciadas que llevan cinco capas encima, recordemos: pañal de plástico, uno o dos bodys, leotardos y pantalón de pana, para no ser menos el muchacho, encima se mea calentito, con lo que aquello adquiere una temperatura que a parte de irritar su delicada piel, va a dejarlo estéril de por vida, porque se le cocerán los testículos, inutilizando las células madre productoras de espermatozoides. El eunuco en potencia, al faltar sus preciadas hormonas desarrollará por esta vía también una obesidad hormonal en abdomen y una pilila pequeñita. Las féminas no se escapan del problema ya que al sudarles la vagina (qué fino que me ha quedado) sufrirán graves irritaciones e infecciones por hongos de todo tipo, incluso moho por la humedad.

El exceso de temperatura corporal hará que sude el niño o niña haciendo trabajar en exceso a las glándulas sudoríparas que se pondrán coloradas y darán aspecto de granitos por todo el cuerpo. Las pérdidas de líquido importantes deshidratan al desgraciado, que como primer síntoma empezará a tener las mucosas respiratorias secas y esto provocará que aparezca el mal de estos días, la maldición satánica por excelencia, la TOS.

Esto genera dos problemas importantes, por un lado la mamá piensa que lo ha hecho mal, que a pesar de todos sus esfuerzos el bebé lastimero y delicaducho se le vuelto a constipar, por lo que tenderá a sacar la bufanda de lana para taparle la boca. Asfixiado y con hilos de lana en la tráquea el niño tose más y se desata el drama «se le habrá bajado al pecho»… ¡Al pediatra!

Aquí viene el segundo problema generado. Acude a la consulta abarrotada del incauto médico con el niño mojón, que por si no fuera poco por el camino se ha hecho caca encima. Entra y dice: vengo a que lo osculte, parece que tiene una tos fea. Entonces por la cabeza del profesional aparecen ideas suicidas unas veces y homicidas otras, mientras la mamá quita una y otra capa de ropa del bebé, siempre pensando que el tiempo es proporcional al que tendrá que usar para volver a ponérselo. En este momento podría darse que también esté el padre y diga aquello de ¿quieres que te ayude cariño? y el pediatra rápidamente contesta: ¡NO! Tú estate quieto ahí. Sabe que un papá primerizo es torpe por naturaleza y sería bueno acabar con esto antes de la hora de la cena.

Una inquietante derivada de la tos producida por estas causas es la tentación de utilizar un jarabe. El jarabe es útil para acabar rápido en la consulta, largas una receta y solucionado. Que si tienes que explicar que no le abrigue tanto, que le dé líquidos, que a lo sumo son procesos limitados, etc. lleva mucho tiempo y a veces cuesta discutir con los padres, que quieren una solución ya y a ser posible que pase por el seguro.

Pero sigamos con la historia. El jarabe en cuestión, bien recetado por el profesional benevolente o bien comprado directamente en la farmacia, o incluso rebuscado en el botiquín de casa que seguro queda algo del que usó el abuelo la semana pasada, tendrá también sus efectos sobre el niño. Nada de dejar de toser, porque el niño sigue deshidratado gracias a que al estar enfermo lo han aislado en casa y han subido la calefacción para que no empeore: los 28 o 29 grados del interior de su habitación, más las mantas, sábana fantasma, saco de dormir térmico y no sé qué más cosas están consiguiendo que al niño se le pongan los ojos saltones y blancos como a los pescados cocidos.

Pronto el niño vomitará con el regocijo de los padres porque ya está echando las flemas. Pues no, el pobre piltrafilla ahora además tiene una gastritis que le ha producido el cubalibre en forma de inútil y a veces peligroso jarabe alcohólico que le están dando y se está complicando su deshidratación. Dentro de poco le subirá la fiebre para proteger el cerebro y equilibrar la temperatura corporal, pero esto será interpretado como una complicación infecciosa y se le añadirá antibiótico por si acaso. Y seguimos la ruleta de la desfortuna porque ahora nuestro peque tiene diarrea debido a que el antibiótico arrasó su flora intestinal y su cagalera aumenta su deshidratación. Esto se pone feo.

De pronto alguien dice: hay que darle agua. ¡Bien, por fin algo de cordura!

El agua repondrá las pérdidas, refrescará el organismo y las mucosas respiratorias volverán a estar brillantes y tersas cual culito de niño no abrigado en exceso.

La tos cede.

Y yo sigo con mi problema, sin saber de qué escribir. Todo esto ya lo había dicho antes el año pasado, y el anterior, y el otro, y el otro.

Reflexiones de un bloguero cansado

cansado

Últimamente intento alejarme de la Blogosfera Sanitaria por voluntad propia, es tiempo de reflexión y búsqueda de nuevos horizontes, aquí «está todo el pescao vendido».

Nos hemos convertido en un gran ombligo que gira en torno a sí mismo y cuando asistimos a un evento nos vemos los mismos de siempre, un reducido número de genios y gurús que se afanan en competir por el reino de los cielos, alcanzar el rango no ya de gurú, sino de dios de la blogesfera. Quede claro que para mi y para muchos, solo hay un dios blogesférico con el don de la ubicuidad. A pesar de tanto dios menor y tanto apóstol no conseguimos atraer al mensaje a las administraciones o a los poderes que podrían y deberían magnificar y llevar a cabo la palabra, los hechos y las ideas que nos afanamos en proclamar.

El barco gira en círculos alrededor de su propio Olimpo, sin encontrar un puerto destino, mientras grumetes y capitanes discuten fatigosamente sobre lo que harán cuando arriben a Ítaca. Todavía seguimos engañados por el Kaváfis de nuestra adolescencia y seguimos pensando que lo importante es el camino. Perdidos en el camino damos por bueno cualquier camino. Nos puede ocurrir que todo un camino de meditación nos haga darnos cuenta tarde, que tuvimos siempre a mano el cielo y lo perdimos.

Hemos perdido el horizonte buscando herramientas, cuando tenemos el saco lleno de ellas, solo hay que usarlas.  Herramientas ya tenemos, llevemos lo que tengamos y usemos lo poco que hemos descubierto. Lancémonos a evangelizar, transmitamos la palabra blogosférica y pongamos ya en práctica lo aprendido, demostremos que la teoría se puede llevar a la práctica.

Hace unas semanas decidí apearme del barco en mi lancha de remos, para intentar emprender un nuevo camino con un destino claro, disfrutando de los mares, amaneceres y atardeceres entre olas y silencio, mirando el interior de la barcaza descubrir rincones que no recordaba, tanto tiempo en el trayecto anterior. Mientras remo, he observado que había otros remeros junto a mi que ya había olvidado, sincronizados conmigo avanzamos deprisa y pensaba que estaba haciendo yo solo el esfuerzo, me bastó mirar a mi lado para ver que había alguien que no solo estaba al timón sino que arrostraba la mayor parte del esfuerzo sin yo reparar en ello.

Se que en esta nueva travesía no voy a estar solo, mucho más tranquila y pausada porque así lo queremos, pero no exenta de ideas y proyectos.

El grupo de facebook el médico de mi hij@ es para mi y para mis compañeros nuestra práctica de redes sociales, demostrar que las redes sirven para transmitir mensajes de salud, educación y crianza con calidad y en cantidad. El que hasta ahora lleguemos a 10,500 personas de más de 50 países supone un activo muy importante que tenemos que mantener y mimar. Ya tenemos la herramienta, buena o mala, no voy a entrar en ello, pero es la que hay, utilicémosla, generemos conocimiento e inteligencia colectiva, sigamos por un camino que puede dar frutos ya, sin tener que esperar a la herramienta perfecta.

Me puedes encontrar ya en mi destino y bien acompañado, grupo el médico de mi hijo y ahora también en twitter @medicodemihijo

Mi padre

muppets-viejos

“Cuando éramos jóvenes, tu madre y yo, salíamos a pasear por el pueblo con la que entonces se convertiría en mi suegra. Caminaba por la carretera cinco pasos por delante y de vez en cuando se giraba para ver como la seguíamos y si la conversación bajaba de volumen o guardábamos silencio volvía a mirar para escudriñar qué ocurría, como si el silencio de las palabras presagiara un roce de labios o una mano furtiva. Arriba y abajo recorríamos la carretera hasta que la hora marcada terminaba la tarde.

Mil y una treta inventábamos para parar entre farola y farola donde la luz decaía para robar una mano o inventar una caricia, al llegar a la casa prolongábamos el tiempo a través de la verja hasta que la voz de tu abuelo sonaba al fondo de la casa reclamando el final.

Ella murió hace años, demasiados, desde entonces vivo solo, no recuerdo el día que es hoy ni siquiera el año o el presidente del gobierno que usted, doctora, me pregunta, tengo hijos pero a veces se me olvidan sus nombres y tengo bastantes nietos y nietas”.

¿Como se llamaba su mujer, Jesús?…

Tras unos largos, larguísimos segundos, Jesús agacha la cabeza y los ojos se inyectan, las lágrimas afloran y a duras penas balbucea un no sé, no me acuerdo, el llanto se hace evidente…

Tranquilo, no se preocupe Jesús…

Con un nudo en la garganta alguien le susurra la respuesta y aliviado mira al cielo buscando a su compañera tantos años…

”Perdona, Luisa que te haya olvidado”

Publicada con el mismo título en el Huffington Post el 1 de Noviembre de 2013